sábado, 12 de junio de 2010

Una Dama dentro del Radiador

- Ya duérmete.
- Es que no puedo, me siento como encerrado; además me duele el estómago y ya tenemos pastillas o jarabe.
- No entiendo tu respuesta, ¿te sientes "como encerrado"? Se supone que así debemos sentirnos, estamos encerrados. Sería absurdo sentirse como cuando caminas a tu casa o lees un mal cuento.
- Pero no estamos encerrados.
- ¿Cómo de que no estamos encerrados? ¿a caso has estado en algún lugar que no sea este cuarto o el baño?
- No.
- ¿Tienes alguna idea de lo que pueda haber afuera, suponiendo que haya algo?
- No, pero debe haber algo, está lloviendo.
- Más bien crees que está lloviendo, de hecho la lluvia no existe como tal.
- ¿Entonces cómo es que se escucha el aplastamiento de las gotas contra la ventana?
- Es que estamos enfermos. En nuestra pendejéz inventamos el concepto de lluvia y le dimos un nombre, y cada vez que creemos ver lluvia, realmente creemos que existe, pero no ¿Recuerdas hace dos días? estoy seguro que eso ni siquiera era lluvia.
- El que debería dormir eres tú?
- Sí, pero con tu hermana ¿No me estás escuchando? toda nuestra vida hemos estado en este cuarto, esto lo que conocemos y es todo lo que hay por conocer, así que para evitar volvernos locos nuestra mente nos hace experimentar de vez en cuando cosas que en verdad no existen, como la lluvia o tu hermana. Estamos tan jodido que incluso compartimos la misma vibración de onda en nuestra voz, coño

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