miércoles, 2 de diciembre de 2009

Pi

La madre observa la cama destendida y ordena: Tiende tu cama. El hijo la tiende. La madre examina las sábanas y dice: Lo has hecho mal. Y después ordena: Tiende tu cama. El hijo tiende su cama, esta vez tarda un poco más. La madre examina y comenta: La has vuelto a tender mal. Tiende tu cama. El hijo tiende su cama, la madre examina y dice: La has tendido mal. Y ordena: Tiende tu cama.

Creo que el hijo sabe que nunca podrá tender bien su cama, aunque lo intente una vez tras otra. A no ser que el hijo sí pueda tender adecuadamente una cama, pero por alguna razón que no comprende – o tal vez sí – la tiende mal. Si sabe que nunca podrá tenderla bien aunque lo intente, su vida es algo triste. Pero si por el contrario, tiene la capacidad de tenderla bien, pero comete errores por voluntad propia, habrá triunfado. Una tercera opción: Tiene la capacidad para tender una cama pero no sabe que la tiene, y en algún punto de su vida la descubrirá, y cuando lo haga tal vez la tienda bien, a no ser que entonces decida tenderla mal, pero esta opción es algo ilógica y la dejaré de lado, al menos por un momento, siempre y cuando decida regresar a ella. Lo cierto es que el hijo no tiende la cama bien, o no lo hace cumpliendo los criterios de evaluación de la madre, si es que tiene alguno, y la madre después de examinar dice algo como: “La has tendido mal” y después de algunos segundos: “Tiende tu cama”.

Tender una cama es realmente difícil, el hijo lo hace perpetuamente, por lo que – aunque sea su deseo tenderla una y otra vez – debe estar agotado. Este punto verosímil, tomando en cuenta que no ha consumido algúna clase de alimento ni se ha detenido para dormir. La madre también debe estar cansada, ha estado de pie, esperando a que el hijo tienda satisfactoriamente la cama.

Por otro lado, no tengo algo que sea ajeno a esta escena, que pueda utilizar como parámetro de movimiento o tiempo, por lo que no estoy seguro de saber si el hijo ha pasado algunos años tratando de tender la cama, o si tan sólo han pasado minutos u horas.

Supongo que el hijo cree que morir será la única salvación, pues está muriendo. Tal vez piensa que cuando muera y no halla quien tienda la cama, la madre tendrá que morir también, esto en caso de que sí pueda tender una cama bien, pero fracasa apropósito. Si en cambio, aunque se esfuerza no consigue el triunfo, quizá cuando muera la madre consiga a alguien más para que tienda una cama, o al menos lo intente.

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